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  24 de Marzo de 2017

The Cavern Club en el Liverpool de 1966: Alf Geoghegan se pone al mando

Cavern Club. The Inside Story. Debbie GreenbergCon eso de que el Mersey Sound se da por finiquitado en 1965 o 1966, parece que The Cavern perdió su relevancia a partir de febrero de 1966, que fue cuando cerró sus puertas unos meses, por la bancarrota de Ray McFall. No es cierto, eso ya lo sabemos: el club reabrió sus puertas en julio de 1966 y fue noticia mundial porque Harold Wilson, el Primer Ministro del Reino Unido, acudió a la reapertura. Pese a todo, esta fase de la historia de The Cavern no despierta demasiado interés entre los estudiosos. Por ejemplo, Spencer Leigh, que ha escrito tres libros sobre el tema, pasa de puntillas por los años que van de 1966 a 1969 y les dedica menos de treinta páginas. Y el caso es que no era justo que nadie hubiese prestado más atención a esta etapa en la que el carismático Alf Geoghegan se puso al mando. ¡Su hija Debbie viene al rescate!

No, The Cavern no se convirtió en un club de tercera a partir de 1966, muy al contrario. En manos de otro emprendedor o de una empresa, seguro que hubiese pasado eso, pero no con el buen Alf al frente. Alfred era el dueño de Wilson's, una pequeña cadena de carnicerías de Liverpool, muy populares. También era dueño de una energía desbordante, un carácter alegre y amable y un buen ojo para las oportunidades de negocio. Cuando supo que el administrador judicial solicitaba ofertas para traspasar el alquiler que tenía el quebrado McFall, Geoghegan se puso en marcha. Pero antes se lo consultó a su hija Debbie. La opinión de Debbie no era una opinión cualquiera, porque la hija de Alf casi vivía en The Cavern desde 1961: asistía a todas las sesiones, veía a todos los grupos, era fan de Los Beatles desde que se vestían de cuero, conocía a los conjuntos y, sobre todo, conocía al público del club. Debbie aconsejó a su padre que se hiciese con el local ya y Geoghegan dijo que, si conseguía el traspaso, quería que su hija le ayudase a gestionar el club. Debbie debió creerse en el séptimo cielo. ¡Trabajar en The Cavern!

Alf, junto con un socio, lograron el traspaso por unas 5000 libras, una cantidad muy considerable de dinero. Eso fue en abril de 1966. El trato incluía el uso de los sótanos de los números 8, 10 y 12 de Mathew Street. En el 8 estaba el club de siempre, en el 10 habían estado los Cavern Sound Studios (independientes del club y entonces ya vacíos, con el equipo retirado) y en el 12, tras una pared de ladrillo, había otro sótano vacío, lleno de polvo, muy similar al Cavern de siempre. Todo este espacio, tenía una salida trasera a un callejón que discurría paralelo a Mathew Street y que se comunicaba con esta calle, algo, que sin saberlo con certeza, Pop Thing ha defendido siempre, por diversos testimonios que nos han llegado a lo largo de los años.

Con semejante espacio subterráneo a su total disposición, Alf y su tropa encargaron a un estudio un proyecto de local que, respetando el club original, incluyese más zonas de esparcimiento, amén de una entrada más amplia (no, descuidad: la antigua fue cerrada, pero no se alteró en absoluto) y unas instalaciones eléctricas y sanitarias en condiciones. Lo que se inauguró en julio de 1966 era lo que había sido el viejo club y mucho más: los que conozcáis el Tiles Club de Londres, os podréis hacer una idea del nuevo Cavern: llegó a tener cafetería, barra de bar, cocina (se servían comidas sencillas), tienda de ropa, espacio para exposiciones, zonas para sentarse tranquilamente y escuchar discos y, por descontado, el mismo lugar de siempre donde tocaban los grupos. Alf no quería incurrir en los errores de McFall y buscó siempre la rentabilidad, que el negocio diese beneficios, pero sin dejar de ser un centro cultural de renombre internacional. Y, con Debbie como guía, lo consiguió al 100%.

Estos cinco años de éxitos estuvieron salpicados de anécdotas. Debbie se acordaba de todo porque estuvo en primera línea y quería homenajear a su padre y reivindicar su papel en la historia del club. Había material para un buen libro, Debbie lo preparó y Jorvik Press (de Portland, Oregón) se lo publicó en 2016. Cavern Club. The Inside Story (tapa blanda, 176 páginas) no es otra obra más de las muchas que hay dedicadas a The Cavern o al Mersey Beat de Liverpool, y no lo es porque, como os hemos dicho ya, trata sobre una época de la que existía muy poca información de fuentes solventes. Eso es lo que destaca del libro de Debbie, la gran cantidad de datos inéditos e historias cotidianas desconocidas que contiene. Como está bien escrito y editado, las 176 páginas se hacen muy cortas. Es difícil destacar unas revelaciones sobre otras, pero las hay muy emocionantes: el recorrido por el club cerrado, linterna en mano, nada más conseguidas las llaves, la reinauguración con el Primer Ministro (y Rufus Thomas, Solomon Burke, Georgie Fame, Los Searchers, Los Merseys y otros mil), el regreso de los buenos tiempos (¡con Bob Wooler incluido!), la presencia de un organista que amenizaba con su Hammond a los chavales que iban a la cafetería, Chuck Berry, sentado en un coche con chofer, aparcado en medio de Mathew Street, exigiendo ser pagado en metálico antes de actuar, la relación con Radio Caroline, las actuaciones de artistas legendarios (Lee Dorsey, Edwin Star, Chris Farlowe), las visitas particulares de The Who (en 1967) y de un excitado Paul McCartney (en 1968) y mil cosas más, todas interesantísimas.

Si has llegado hasta aquí, está claro que te interesa The Cavern y el Liverpool Pop de los años 60, así que este libro no te va a defraudar. Contiene también muchas fotografías poco o nada vistas, que constituyen un aliciente añadido. ¡Hay una excelente de The Escorts! El libro -que no tiene traducción española- se consigue con facilidad en Amazon, aunque no nos extrañaría que, viniendo como viene de una editorial pequeña, no se reeditase cuando se agote. No lo dejéis pasar, porque merece la pena.

Extra Bonus Info: Debbie Geoghegan dejó de trabajar en el club cuando su padre recibió una jugosa oferta por el negocio y decidió venderlo, en 1970. Después de casarse y de trabajar en otras empresas familiares, Debbie se divorció de su primer marido y se casó con Nigel Greenberg, al que conocía de toda la vida, porque, qué casualidad, era uno de los socios fundadores de Cavern Sound Limited, el estudio de grabación que funcionó en el club entre 1964 y 1966. Martin Craig nos contó cosas sobre el estudio en este artículo, que publicamos en 2010. ¡Tiene dos partes, así que no olvidéis leeros las dos!

Escrito por Equipo de Pop Thing el 24 de Marzo de 2017 · 05:51 PM

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