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  7 de Enero de 2007

Purple Weekend 06: segundo día (parte II)

Más Purple Weekend 2006, más crónicas de Fernando del Río, que repasa lo que fue la segunda parte del segundo día del festival. The Shake y The Records fueron los grupos protagonistas, sobre todo los primeros, según afirma Fernando.

Viernes, 8 de diciembre de 2006 (segunda parte).

The Records, en León (2006)A mis espaldas comenzaban a oírse los primeros acordes del cuarteto de Almería, así que fui presto hacia el escenario. The Shake ya son una banda sobradamente conocida por todos los aficionados al buen rock con tintes sesenteros. Con tan sólo un álbum (que es muy aconsejable) han obtenido buenas criticas aquí y allá. Era mi segundo encuentro con esta banda. Me alegra mucho saber que al contrario que la primera vez que los vi, The Shake han cogido tablas en directo: el escenario del Hispánico parecía estar hecho a su medida. En todo momento supieron sacar provecho a esas composiciones tan magníficas que tienen, como por ejemplo '707', 'She's My Girl' (con esos coros perfectos y esas guitarras que nos transportan a Sunsent Strip) o mi favorita, 'You Said Goddbye', llamada a convertirse en un clásico, y si no al tiempo. En fin, que este concierto fue una buena carta de presentación para quienes no habían escuchado aún a The Shake.

Faltaba poco para ver a uno de los grupos mas esperados por mí en este Purple, The Records. La banda escribió uno de los capítulos dorados en la historia del Power Pop a finales de los setenta. Sus dos primeros discos grandes, Shades in Bed, y Crashes (éste ultimo producido por Craig Leon, productor entre otros de Blondie o Los Ramones) son necesarios para entender lo que se vino a llamar Nueva Ola. 'Starry Eyes' es una canción paradigmática del pop preciosista de tres minutos. Lastima que John Wicks y sus actuales Records se empeñaran en presentar sus nuevos temas a un público (no nos engañemos) ávido de escuchar sus clásicos. Y eso que nuevas canciones como 'So Close to Home' o 'Emily', que conformarán Rotate, su nuevo trabajo, están pero que muy bien. Sin embargo, eran desconocidas todavía para la mayoría de los aficionados. Esto hizo que las primeras filas próximas al escenario, se vieran más vacías que de costumbre para ser las horas que eran. Si además tenemos en cuenta que durante su actuación, la banda alargó algunos temas hasta extremos insospechados, no es de extrañar que mucha gente aprovechara para ir al bar, ver el mercadillo u otros menesteres. Para terminar, tocaron la esperadísima 'Starry Eyes', que guardaron cual as en la manga, aunque a esas alturas era difícil conectar con el público. En definitiva: concierto digno, pero de los que hacen que te preguntes por lo que no fue y pudo haber sido.

¿Lograría Pucho Brown quitarnos la espina clavada por la actuación de The Records?. Lo veríamos enseguida, ya que el escenario se comenzaba a llenar de músicos. Nada más y nada menos que una banda de diez, capitaneada por este señor nacido en 1938. Sí, habéis leído bien. Pucho comenzó a grabar a principios de los sesenta, y aunque fue contemporáneo de otras figuras del llamado Latin Jazz (como Mongo Santamaría o Guille Abobo), nunca se le tomó tan en serio como a estos últimos. A principios de los noventa, la figura de Pucho comenzó a intesar de nuevo, gracias a los aficionados al Acid Jazz de las Islas Británicas. Así que en 1995, Pucho decidió no perder su oportunidad y juntó a sus Latin Soul Brothers, para grabar y editar nuevos discos y tocar en directo. Once años después de esta resurrección del mítico señor Brown, muchos eran los que aún no se creían que iban a ver en directo a esta leyenda viva. Su concierto fue variado, y en algunos momentos hizo bailar a la gente. Pero ya sea por la edad, por el cansancio o por vaya usted a saber qué otros factores, Pucho se decantó por su lado más jazzistico. Por si fuera poco, a mitad de concierto se dedicó a presentar a su banda, haciendo unas introducciones muy extensas de cada músico. Nos quedamos con ganas de bailar esas versiones de The Beatles o Los Temptations que Pucho hizo en su día, en clave Soul - Latin-Jazz. Mi conclusión es que fue un buen concierto en lo musical, pero más propio de un festival de jazz, que de un Purple Weekend. Yo, de todas las maneras, me siento muy afortunado de haber visto a ese mito viviente.

Los conciertos habían terminado, pero una noche mas nos quedaba el 'allnighter', en la que destacó la Funk Party. Como el que no quiere la cosa, fue pasando la noche, y cuando me quise dar cuenta era casi de día. Hora de regresar al hotel, la jornada siguiente sería dura a la par que intensa. Nos quedaban The Electric Prunes, el plato fuerte, y también una visita más que obligada al Albéitar, a ver las exposiciones que, por merito propio, ya son parte indispensable del Purple.

Escrito por Equipo de Pop Thing el 7 de Enero de 2007 · 03:40 PM

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