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  25 de Junio de 2008

El misterio del HMAS 'Sydney'

Hemos hablado de casas y de hoteles, de edificios singulares que escaparon a la demolición. El HMAS Sydney, un crucero ligero de la Marina Australiana, no tuvo tanta fortuna con su destino. El 19 de noviembre de 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, después de enfrentarse con un mercante artillado alemán, desapareció con sus 645 tripulantes. Durante años, no se supo con certeza qué había ocurrido ni dónde se hallaban sus restos. El 16 de marzo de 2008, lo que queda del Sydney fue encontrado por fin a 2500 metros de profundidad, a 207 kilómetros de la costa de Australia. Casi 70 años de búsqueda acabaron ese día.

HMAS 'Sydney', en 1941¿Qué ocurrió realmente con el Sydney? ¿Cómo pudo hundirlo el Kormoran, un mercante armado muy inferior a él? Pese a que el asunto se ha investigado varias veces y el caso ha sido reabierto, quizá nunca se sepa con exactitud qué pasó. Sí se conoce que el capitán Burnett llevó al Sydney a apenas 1500 metros del Kormoran, un barco al que había tratado de identificar a lo largo de toda la tarde del 19 de noviembre del 41. El buque alemán trató de despistar al australiano e intentó que creyese que era un mercante auténtico, pero muchos detalles en su forma de actuar invitaban a pensar lo contrario. Sin embargo, y ahí reside el misterio, Burnett creyó que estaba ante un transporte de mercancías o, al menos, dudó lo suficiente como para acercarse a realizar una inspección. A 1500 metros, el blindaje medio del Sydney no fue eficaz contra las salvas del buque enemigo. Tomado por sorpresa, el crucero australiano reaccionó tarde y mal. Pudo responder parcialmente al ataque e incluso consiguió dañar seriamente a su oponente, pero, incendiado y torpedeado, se alejó hasta desaparecer de la zona. Ésa fue la última vez que fue visto a flote. Nunca se encontraron restos del naufragio. Se esfumó...

¿Fue Burnett un imprudente? El oficial tenía una reputación intachable y no era ningún torpe, aunque todo parece indicar que su apego a las normas y un cierto descuido determinaron los trágicos hechos. El capitán siguió al pie de la letra las indicaciones del Almirantazgo británico para esos casos. Si el buque avistado era sospechoso pero no había una total seguridad, había que aproximarse, abordarlo y, si procedía, apropiárselo. Hasta ese momento, los navíos enemigos o no daban lugar a las inspecciones (hundiendo su propio barco, por ejemplo) o se descubrían disparando desde muy lejos, desde una distancia de hasta 16 kilómetros. Pero el Kormoran actuó de forma distinta y cogió a la tripulación del Sydney con la guardia baja, algo que el gobierno de Australia quiso ocultar durante muchos años. Ahora, las familias tienen una tumba colectiva en la que honrar la memoria de los suyos...

Escrito por Equipo de Pop Thing el 25 de Junio de 2008 · 04:29 PM

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